Una pareja turca denunció que su yerno violó al pato, que es la mascota de la familia.
El sujeto descalificó la denuncia de zoofilia (bestialidad) que le atribuían sus suegros, argumentando que eran “calumnias contra su persona”; no obstante, los indicios fueron bastante concluyentes.
Resulta que el hombre pidió posada por una noche en casa de su familia política y, al día siguiente, el pato mostró serias dificultades para caminar.
PLUMAS Y SANGRE, EN LA CAMA
El hombre dijo desconocer qué le pasaba a la mascota familiar, pero los suegros revisaron la cama donde durmió su yerno y hallaron plumas y restos de sangre.
De inmediato llevaron al animal con un veterinario y éste les confirmó que el ave sufría daños en los intestinos.
La zoofilia es una práctica prohibida en Turquía, donde el hombre tendrá que responder ante la justicia.